Cruzando el Puente de Los Tilos
Recientemente he pasado unos días de asueto y relax en la maravillosa isla de La Palma, por primera vez incluyo en mi equipaje las zapatillas y la ropa de correr.....Pasaría 5 días en la isla, con lo que me propuse salir 2 días a correr, entre comilonas, excursiones, bañitos y caminatas.
Ignoraba por completo si en la zona en la que me iba a quedar (San Andrés y Sauces) habría algún sitio para correr que fuera más o menos llano (para quién no la conozca recordarle que se trata de la isla más montañosa del mundo en proporción a su tamaño), pero por suerte encontré un circuito muy apañado a tan sólo unas decenas de metros de donde dormía.
El puente de Los Tilos, de unos 400 metros de largo y 150 metros de altura sobre el barranco que le da nombre, sería el eje central sobre el que giraría mi circuito de entrenamientos palmeros.
Mi ruta comenzaba al inicio del puente, la primera vez que lo atravesé corriendo, me impresionó por el abismo que se abría ante mis pies. Y aunque está protegido por una amplia valla, uno tenía la sensación de que en cualquier momento podías volar barranco abajo.
Tras atravesar el puente me dirijo a la antigua carretera. De forma muy acertada, se reconvirtió uno de los carriles en zona peatonal, por lo que ha quedado un circuito ideal para correr, de una longitud de 2800 metros, protegido por pivotes de hormigón del escaso tráfico consistente en camiones con destino u origen en las numerosísimas plataneras de la zona.
Durante los siguientes 1000 metros corro cuesta abajo en un espacio idílico y solitario, a un lado la frondosa vegetación y hacia el fondo del baranco incontables plataneras. Un par de gallinas me saludan, los pajaritos cantan y hasta me cruzo con algún runner.
Tras la bajada (55 metros de desnivel, el puente está construido a 265 sobre el nivel del mar y bajo hasta 210) comienzan los 1400 metros de subida que me harán volver al punto de partida. La subida es durilla, pero las rampas son bastante constantes, y tras un par de vueltas ya voy reconociendo los puntos donde la pendiente es más exigente y los pequeños y casi imperceptibles descansillos.
En la primera de mis dos aventuras runneras palmeras, dí tres vueltas completas, con pequeñas incursiones por otras zonas. Y el segundo día me limité a correr por este circuito, al que dí 4 vueltas del siguiente modo:
1ª vuelta: Calentamiento, 2ª vuelta: Subiendo el ritmo, 3ª vuelta Manteniendo el ritmo, 4ª vuelta A tope.
1ª vuelta: Calentamiento, 2ª vuelta: Subiendo el ritmo, 3ª vuelta Manteniendo el ritmo, 4ª vuelta A tope.
Lógicamente en un circuito con tanta pendiente, los ritmos me salieron bastante lentos (entre 6:45 x km en la vuelta más tranquila y 5:30 x km la más rápida), pero en ambos días acabé con la sensación de haber hecho los deberes con buena nota, disfrutando de mi pasatiempo favorito en plena naturaleza......Y se me olvidaba comentar que al estar situado el circuito en el Noreste de la isla, te acompaña la bendita panza de burro, con lo que vas a poco más de 20 grados....vamos una gozada, en pocos sitios he sentido una sensación tan grande de libertad mientras corro como en este.
¡Vaya lujo de paisajes! Yo cuando salgo de vacaciones nunca me olvido las zapatillas... Me levanto pronto, dejo a la familia durmiendo, entreno, y cuando vuelvo, los despierto y a devorar el desayuno... :)
ResponderEliminarYa tiene merito entrenar a esas alturas, con el miedo que me da a mi el abismo.. lo cierto es que las vista son acojonantes y las vistas también... se nota que estas metido de ello en los entrenos.
ResponderEliminarYo soy medio palmero (por parte paterna) y he pasado muchos veranos allí. Sin duda es una isla para disfrutar. Me alegra que lo hayas pasado bien.
ResponderEliminarSalud!
Mi primer trabajo fue en un banco en la Palma. Hablamos de hace unos 15 años. Vivía en la zona de Los Cancajos y leyéndote me viene a la memoria mis salidas corriendo de noche por el polígono de los Cancajos, que hoy está lleno de hoteles y apartamentos y en aquella época estaba casi vacío. En el año que estuve allí tuve la oportunidad de caminar mucho, prácticamente cada fin de semana hacía alguna caminata, muchas veces en solitario. Una isla que me encanta y que visitaría todos los años.
ResponderEliminarUn sitio increíble, las zapatillas siempre en la maleta
ResponderEliminarCon tu permiso me quedo por aquí para seguirte.
ResponderEliminarMenudo sitio impresionante para entrenar.
Que pasada de sitio! Que bien que te llevaras las zapatillas y disfrutaras de ese paisaje. Yo ya he decidido que a donde me vaya me las llevo, si encuentro un hueco para correr, es otra forma de conocer el lugar.
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